El progreso económico y social del último siglo ha ido acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los propios sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro, incluso nuestra propia supervivencia. Por ello, la transición a un modelo de economía circular es una de las piedras angulares de las políticas de sostenibilidad destinadas a combatir el cambio climático.
Aunque somos conscientes de que “no existe el planeta B” -uno de los lemas más utilizados en las marchas y protestas ecologistas-, seguimos viviendo como si, de hecho, tuviéramos más de un planeta a nuestra disposición.
Así lo indican también las previsiones de la ONU, según las cuales de aquí a 2050 emplearemos tantos recursos como si tuviéramos tres planetas Tierra. Por eso se habla cada vez más de la necesidad de abandonar el modelo de economía lineal en favor de un modelo de economía circular.
¿En qué consiste la economía circular?
La economía circular puede definirse como un modelo de producción y también de consumo en el que es fundamental la reutilización y el reciclaje de los productos durante el mayor tiempo posible. El objetivo es reducir los residuos, alargando el ciclo de vida de los productos y, una vez terminado, reutilizar los materiales con los que están hechos, si es posible. Las actividades se organizan para que los residuos de uno se conviertan en un recurso para los demás.
La economía circular es una idea que trastoca los valores dominantes del siglo XX, es la contrapartida del modelo económico lineal tradicional que sigue un patrón muy diferente marcado por las fases de tomar, producir, usar y tirar. En el que el producto, cuando termina su ciclo, se convierte en residuo, obligando a la cadena económica a repetir el mismo patrón una y otra vez. Este modelo lineal se basa en la fácil disponibilidad de grandes cantidades de materiales y energía a buen precio.
Los 5 pilares de la economía circular
La economía circular ofrece soluciones para hacer frente a la disminución de los recursos, el calentamiento global y el aumento de los residuos. Se trata de un modelo económico que se basa en 5 pilares:
- Sostenibilidad de los recursos: uso de energía y materiales renovables, reciclables o biodegradables en múltiples ciclos de vida.
- Producto como servicio: una nueva idea del concepto de propiedad en la que la empresa productora sigue siendo la propietaria del bien y lo ofrece para que lo utilice el cliente como servicio, alquiler o arrendamiento. Ya no se intenta vender la propiedad de un objeto.
- Plataformas para compartir: fomentar el uso de plataformas en las que los usuarios y los propietarios de bienes puedan cooperar, ayudando así a los consumidores a ahorrar dinero y a hacer un mejor uso de los recursos.
- Ampliación del ciclo de vida: diseñar y producir con el objetivo de ampliar el ciclo de vida, permitiendo a las empresas reparar y volver a fabricar productos, para evitar el desperdicio de materiales o energía y así poner los mismos productos en el mercado para ganar dinero.
- Recuperación y reciclaje: crear ciclos de producción innovadores, en los que se eviten los residuos, con el objetivo de recuperarlos y reciclarlos para que puedan volver a usarse.
Beneficios de la economía circular
El modelo de economía circular es el objetivo de los países de la Unión Europea que, para promoverlo, pretenden generar nuevas medidas destinadas a proteger el planeta y reducir los residuos. Además, representa una oportunidad de desarrollo en términos de competitividad, innovación, medioambiente y empleo.
Competitividad: los nuevos modelos de negocio que no dependen demasiado del uso de materias primas permiten producir una estructura de costes que no está sujeta al peligro de que cambien los precios de las materias primas, debido a la dinámica del mercado o a otros factores.
Innovación: el cambio de los modelos empresariales sobre la base de la economía circular supone un gran impulso para la innovación. Reformular los procesos significa abrir oportunidades sin precedentes en todos los ámbitos de la empresa.
Medio ambiente: cuidar el medioambiente y reducir el impacto ambiental significa disminuir los residuos y la contaminación, además de frenar el calentamiento global y cumplir así el Acuerdo de París.
Empleo: la reducción de la necesidad y por tanto, de la cantidad de materias primas compradas y la creación de nuevos servicios de valor añadido también significa que la estructura de costes se desplaza de las materias primas a la mano de obra. Es decir, los sectores relacionados con la actividad humana (para reparaciones, etc.) se ven favorecidos frente a los sectores automatizados.
Además, con medidas como la reducción de residuos y la reutilización de materiales, las empresas europeas podrían conseguir un ahorro considerable y los consumidores obtendrían productos más duraderos e innovadores que pueden ahorrar dinero y mejorar su calidad de vida.
Apuntando a la sostenibilidad
Ahora es evidente que la presencia de nuestra especie en la Tierra ha alterado fuerte e irremediablemente la naturaleza que nos rodea. Por lo que sabemos, podemos decir que es la primera vez que una sola especie altera tan profundamente los sistemas naturales que han evolucionado de forma autónoma hasta hoy. La acción de la humanidad sobre el planeta ha sido capaz de liberar más materia que los volcanes, alterando el ciclo del agua y provocando un aumento de la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Nos enfrentamos a una situación sin precedentes.. Por lo tanto, en todas las iniciativas políticas o económicas debe subyacer esta conciencia, debe desencadenarse un cambio en nuestros modelos de desarrollo socioeconómico. Llegados a este punto, está claro que no podemos volver atrás, pero podemos examinar este proceso de transformación e intentar gestionarlo. Precisamente por estas razones, la Unión Europea, y otras, se están moviendo para apoyar un nuevo modelo económico basado en la economía circular.