
Incendios forestales: protegerse frente al humo, una prioridad para la seguridad de los bomberos forestales
Las labores de prevención y extinción de incendios forestales es una actividad de alto riesgo que se intensifica con la llegada de la temporada estival. Uno de los peligros más relevantes a los que se enfrentan los bomberos forestales es la exposición a humos derivados de la combustión de la biomasa, tanto por su impacto inmediato como por sus efectos a largo plazo sobre la salud. Es por ello que estas labores de prevención y extinción de incendios forestales requieren una atención especial desde el punto de vista de la seguridad y salud laboral.
La inhalación de humo en un incendio forestal no solo implica molestias respiratorias o efectos agudos. Diversos estudios han identificado en estos humos la presencia de sustancias peligrosas como:
- Monóxido de carbono
- Aldehídos
- Compuestos orgánicos volátiles (COV y COSV)
- Partículas finas
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)
Muchas de estas sustancias están clasificadas como cancerígenos, mutágenos o reprotóxicos (CMR). Es más, en 2023 la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó la ocupación de bombero como expuesta a agentes del grupo 1 de cancerígenos humanos. Y aunque esta clasificación no distingue entre bomberos forestales y urbanos, es indicativa de la gravedad del riesgo asociado a la inhalación de contaminantes derivados de la combustión en los incendios.
Mirando a la legislación vigente (y adicional a la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales), la normativa española contempla específicamente esta situación de peligrosidad para los bomberos forestales. Es mediante la aplicación del Real Decreto 665/1997, de 12 de mayo, relativo a la protección frente a agentes CMR, complementado por el Real Decreto 374/2001 sobre agentes químicos.
Evaluación del riesgo de los incendios forestales: una tarea compleja pero imprescindible
En el caso de los incendios forestales, no es viable aplicar una metodología basada únicamente en mediciones puntuales – como ocurre en entornos industriales. Esto se debe a la caracterización ambiental de los contaminantes presentes, que resulta especialmente compleja debido a la variabilidad de condiciones, tipo de vegetación, estado atmosférico, topografía, intensidad del fuego, etc.
Ante esta limitación técnica, se impone el principio de precaución y la necesidad de aplicar medidas preventivas que asuman la existencia de una exposición potencial a contaminantes peligrosos.
La evaluación del riesgo en incendios forestales debe contemplar todos los puestos potencialmente expuestos: desde el operario que actúa directamente sobre las llamas hasta los jefes de cuadrilla o técnicos que permanecen en las proximidades del foco. En este contexto, los valores límite de exposición, aunque informativos, no pueden considerarse referencia exclusiva para determinar la necesidad de medidas preventivas.
Medidas organizativas, técnicas e higiénicas: claves para reducir la exposición al humo de los incendios forestales
En un incendio forestal no es posible aplicar medidas como la sustitución del agente o el cerramiento del proceso (ambas viables en entornos industriales). Por ello se hace necesario priorizar otras estrategias conforme al artículo 5 del RD 665/1997.
Algunas de las medidas clave que deben integrarse en los procedimientos operativos para reducir la exposición al humo en un incendio forestal son:
- Diseño de procedimientos seguros de extinción, que minimicen la exposición al humo, regulando la distribución de tareas, tiempos de exposición, pausas y zonas de repliegue.
- Limitación de personal expuesto in situ, favoreciendo que labores de apoyo y logística se realicen desde ubicaciones alejadas de la columna de humo.
- Organización de pausas y avituallamientos en zonas libres de humo, evitando la ingestión indirecta de contaminantes por vía digestiva.
- Establecimiento de protocolos de higiene personal y limpieza de equipos que incluyan el lavado sistemático de EPIs y ropa de trabajo tras la intervención, ventilación adecuada de los equipos y separación clara entre ropa contaminada y ropa de calle.
Coordinación de actividades empresariales
Este punto es de especial importancia en la extinción de incendios forestales y debe garantizarse una adecuada coordinación entre las empresas y entidades que concurren en la labor. En general, las medidas deberán ajustarse a los protocolos de actuación que, en la materia, estén establecidos en cada Comunidad Autónoma.
Equipos de protección respiratoria (EPR): una barrera crítica contra el humo, pero con limitaciones
La protección individual, y en particular la respiratoria, adquiere un papel central a la hora de protegerse contra el humo de los incendios forestales. El INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) recomienda el uso de mascarillas autofiltrantes FFP3 o FFP2 (norma EN 149) para la protección frente a partículas, que constituyen el principal vector de entrada de contaminantes. Sin embargo, cuando la evaluación del riesgo indique la presencia de gases como monóxido de carbono, formaldehído o vapores orgánicos, será necesario utilizar filtros combinados (norma EN 14387) acoplados a mascarillas adecuadas (EN 140).
No obstante, estas soluciones no están exentas de limitaciones. Las altas temperaturas, el esfuerzo físico sostenido de los bomberos forestales y la necesidad de compatibilizar su uso con otros EPI (casco, gafas, etc…) dificultan su aplicación prolongada. Además, no existen actualmente filtros certificados para la protección frente al monóxido de carbono en condiciones de trabajo, lo que obligaría a recurrir a detectores portátiles para alertar de su presencia.
Equipos de protección respiratoria (EPR): una barrera crítica contra el humo, pero con limitaciones
La formación práctica de los bomberos forestales debe incorporar contenidos específicos, como:
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El riesgo químico del humo
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El uso correcto y mantenimiento de los EPI
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Los procedimientos higiénicos y de descontaminación
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La gestión de las pausas y la hidratación.
Esta formación debe ser continua y adaptada a las condiciones reales del trabajo forestal.
Vigilancia de la salud de los bomberos forestales y colectivos vulnerables
Aunque no existe un protocolo sanitario específico publicado por el Ministerio de Sanidad para los bomberos forestales, las empresas deben garantizar la vigilancia de la salud mediante protocolos propios o generales adaptados a los riesgos CMR.
Además, deben aplicarse restricciones de exposición para colectivos especialmente sensibles, como embarazadas o en período de lactancia. También debe haber prohibiciones para ocupar estos puestos de trabajo susceptibles de exposición a agentes CRM, como en el caso de personal de ETT o personas trabajadoras menores.
Protegerse contra el humo en incendios forestales es una prioridad
La exposición a humos en incendios forestales representa un riesgo grave y específico que debe ser abordado con una estrategia preventiva multidimensional:
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Evaluación realista
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Organización eficaz del trabajo
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Medidas higiénicas rigurosas
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Selección adecuada de equipos
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Formación continua del personal
Desde BMC Assurance S.L., animamos a todas las entidades implicadas en la extinción de incendios forestales a revisar y reforzar sus estrategias preventivas, contribuyendo así a la seguridad y salud de quienes nos protegen cada verano.